Keep Walking, my friend.

Permítame que insista. Un emprendedor y un autónomo NO son lo mismo. Ser emprendedor es una actitud, ser autónomo es una condición.

De un tiempo a esta parte, las redes sociales están plagadas de emprendedores que han prosperado desde la nada más absoluta. Vocaciones más o menos claras con protagonistas que han sabido dar los pasos necesarios (en muchos casos sorteando la miseria más absoluta) para convertir su idea feliz en un modelo de negocio exitoso.

Pero no se deje engañar. Que no le cuenten cuentos. Y si se los cuentan, que sea para llevarle a usted al catre, no para dejarlo dormidito.

No todo el mundo puede emprender, igual que no todo el mundo puede correr un Ironman, aunque  se empeñen en que creamos lo contrario. Encontrar una idea novedosa, que funcione y que le llene los bolsillos de pasta, es difícil. Muy difícil. Así que comencemos asumiendo una idea básica: el 95% de lo que puede leer en la red acerca de las maravillas de emprender es MENTIRA.

El día en que usted, dándose un paseo hasta la oficina de la Agencia Tributaria más cercana a su domicilio, comience la aventura de convertirse en una empresa, justo ese día amigo mío, será el primer día de su vida. De su vida con la soga al cuello, quiero decir.

Todas las administraciones españolas que pueda imaginarse (y alguna que ni se le pasaba por la cabeza) se empeñarán en desplumarle y en meterle mano en la cartera impúdicamente. Le harán rellenar cantidades ingentes de formularios escritos en un extraño idioma que sólo entienden abogados y funcionarios. Le obligarán a cruzar su ciudad de administración en administración repitiendo el mismo procedimiento una y otra vez.

Unos días más tarde, cuando usted esté hastiado, frustrado, sin plumas y cacareando pero emocionado al pensar en el viaje que comienza, ese es el instante en el que usted se ha convertido en un EMPRENDEDOR.

Es en este momento cuando debe echar mano a toda la creatividad de la que disponga, y ponérsela a modo de cinturón de seguridad, porque créame: vienen curvas. Si usted nunca ha destacado por ser el más original de sus amigos, no tema, la necesidad agudiza el ingenio. Está sólo ante el peligro y deberá encontrar soluciones originales y distintas a numerosos contratiempos, crear curiosas maneras de llegar a sus potenciales clientes, elaborar sólidos argumentos para conseguir que su producto o servicio se distribuya apropiadamente… En fin, va a tener que ser creativo hasta para llegar a fin de mes.

Si tiene usted claro que su imaginación es el activo más importante con el que cuenta, puede que se equivoque de vereda, pero siempre encontrará un camino alternativo a seguir.

Un último consejo: como decía aquel anuncio mítico de Johnnie Walker, pase lo que pase, siga caminando.

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